El pasado jueves murió en Alicante Eloína más conocida para todos como Elo. Era la esposa del difunto Jerónimo Marcos. Nació en Manciles el 16 de mayo de 1942. Su vida transcurrió siempre ligada a la Guardia Civil ya que pasaba temporadas en casa de su hermana mayor, casada con un guardia civil principalmente Burgos y Gerona. Sus padres regentaban la cantina de Manciles y allí conoció al que sería su marido Jerónimo. Se casaron el 6 de mayo de 1967 y el mismo día del año siguiente nació su única hija Maite. Aunque Elo de soltera había trabajado de costurera para Marvi, una vez casada dejó el trabajo y dedicó su vida a cuidar de su marido, que también era guardia civil y de su hija.  Finalmente, ya jubilados se fueron a vivir a Alicante huyendo del clima de Castilla que tanto le afectaba a la salud.

Me contaba Maite en una larga conversación que tuvimos anoche, que le gustaba mucho coser, tomar el sol y bailar. A raíz de la muerte de Jerónimo nació en ella una afición nueva: disfrutaba escribiendo poemas inspirados en canciones que ella conocía. Yo recordé que sus padres habían sido padrinos de la boda de mi hermano. En aquella época no se estilaba que fueran el padre de la novia y la madre del novio, sino que se escogía una pareja de novios formales o de recién casados. Así eran las cosas antiguamente.

Estos últimos años la familia Marcos ha sufrido pérdidas importantes y es que, a partir de cierta edad, la vida transcurre muy rápida sin apenas darnos cuenta. Cuando desaparecen los padres, los hijos tengan la edad que tengan, experimentan ese sentimiento de orfandad que tiene tanto de tristeza como de soledad. Ánimo Maite, que los padres nunca dejan de ser padres, ni siquiera en el Más Allá. Seguro que velarán por ti.

PD: Me pide Maite que de las gracias en su nombre a todas las personas que han dado su pésame a la familia a través del grupo de WhatsApp de Villorejo.

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