la Semana Santa de este año ha quedado deslucida por el mal tiempo. Tan solo una veintena de personas han mantenido vivas las celebraciones propias de estos días. Incluso la cena que se celebra el día de Viernes Santo después de los oficios nada tiene que ver con la de otros años en cantidad de personas reunidas. Eso si, el menú como manda la Santa Madre Iglesia de vigilia: Escabechados: bonito, chicharrillos, agujas, verdel y una ensalada de cebolla y tomate. Parece ser que esta costumbre la iniciaron los mozos hace años que se reunían en la taberna la noche de Viernes Santo y allí comían lo que se vendía en la propia taberna. Actualmente es Flores quien se encarga de suministrar lo necesario.

Al hilo de lo que se celebra estos días de Semana Santa, se me ocurre mencionar o, mejor dicho recordar el origen cultural de estos rituales. Creo que es importante porque las tradiciones nos recuerdan de donde venimos, refuerzan nuestra identidad y favorecen la unión y la hermandad. Es evidente que Villorejo como comunidad gira en gran parte alrededor de las celebraciones religiosas. A unos les servirán para estimular y mantener su fe mientras que otros buscarán tan solo reforzar el contacto humano. “Si queremos ver a todos hay que ir a Misa” De cualquier manera es válido y necesario cuidar aquello que sirve para mantenernos como Comunidad.

Si os habeis fijado en el monumento que se instala durante la Semana Santa, en el retablo central debajo del sagrario y a modo de faldón hay un cordero pintado con una cruz que representa a Cristo crucificado. ¿De donde viene que se identifique a Jesús con un cordero?:

Somos herederos del judaísmo. Ellos también tienen un tiempo de ayuno, abstinencia y arrepentimiento de sus pecados, llamado el Yom Kippur. Es un tiempo de preparación para su Pascua en la que celebran el paso de la esclavitud a la libertad. En tiempos de Jesús el Yom Kippur terminaba con una una ceremonia en el templo de Jerusalén que conmemoraba el perdón que Dios concedía al pueblo de Israel de todos los pecados, errores y faltas cometidas durante el año. Para ello el Sumo Sacerdote imponía las manos sobre su cabeza y acto seguido sobre un cabrito. De esta forma el pueblo quedaba liberado de sus pecados al ser traspasados al animal el cual era desterrado al desierto donde debía morir. Dicen las crónicas que alguno sabia volver entonces se le sacrificaba y se dejaba para los animales carroñeros. 

. Así se describe en la Biblia“…pondrá Aarón ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto” Lv 16,21

La teología cristiana afirma que Cristo, el Mesías, el Salvador murió por nuestros pecados.  Por eso en la Misa se dice: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo……. De ahí viene también la frase del “Chivo expiatorio” que se aplica a aquella persona condenada por algo que no ha hecho. Nuestra cultura como heredera del judaísmo que es, conserva costumbres y ritos que no se entenderían sin conocer a esos primos hermanos nuestros que son los judíos.  

FOTOGRAFÍAS: Josete y Rosana

 

 

 

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